La hipertensión, a menudo asintomática, eleva la presión arterial, incrementando el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Factores genéticos, dieta alta en sodio, obesidad y falta de ejercicio contribuyen a la hipertensión.

El tabaquismo, el estrés crónico y el consumo excesivo de alcohol son factores de riesgo significativos.

La hipertensión puede dañar órganos vitales como el corazón, los riñones y el cerebro si no se controla.

Adoptar una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y reducir el estrés son medidas preventivas clave.